El negocio de la cría-venta ilegal de cachorros de raza mueve muchísimo dinero, los márgenes de ganancia son altísimos, un cachorro que cuesta en origen 50 € puede ser vendido en las tiendas de mascotas y por internet por más de 600€ o 1200€, dependiendo de la “moda” del momento.
Como existen muy pocos controles por parte de la administración tenemos en Extremadura, al igual que en el resto de España, las mafias que trafican con cachorros traídos desde Europa del Este.
Países como Eslovaquia, Hungría o Rumanía han creado una industria floreciente de producción en masa de cachorros en las denominadas “fábricas de cachorros” o “granjas de cachorros” donde los animales malviven en condiciones de explotación. Las madres encerradas en jaulas de por vida y enlazando un embarazo tras otro, son fecundadas por miembros de su propia familia, haciendo que se perpetúen enfermedades hereditarias generación tras generación. Y las mascotas vendidas ofrecen escasas garantías para quienes, irresponsablemente, las adquieren en otros países, como es el caso de España.
Los perros son separados de su madre con un mes de vida, muchas veces aún más pequeños. Con esa edad no se pueden vacunar, así que falsifican las cartillas veterinarias poniendo una edad mayor a la real, para poder venderlos aquí en España.
Los cachorros comprados "a tanto el kilo" viajan apilados en camiones, como si de cualquier otra mercancía se tratara, sin recibir ningún cuidado en el trayecto de miles de kilómetros que hacen por carretera hasta llegar a España. Su destino final, si no mueren por el camino, son los escaparates de las tiendas de mascotas, o los almacenes, garajes o trasteros de los que se lucran vendiéndolos a través de internet.
Los animalitos que sobreviven al viaje llegan en pésimas condiciones, la mayoría de ellos contagiados de graves enfermedades y con una falta total de socialización puesto que no han tenido el contacto suficiente con su madre, hermanos ni con el ser humano.
El comprador, suele encontrarse con que muy pronto el cachorro comienza a sufrir diarreas, vómitos, apatía, fiebres, etc… Otros, pasados los meses, desarrollan graves enfermedades como la displasia o la ceguera progresiva, que requieren tratamientos veterinarios de un coste muy elevado. Y muchos tendrán problemas de comportamiento por la falta de socialización temprana.
El dueño preocupado habla con el vendedor que le ofrece sustituir su cachorro por otro como si de un electrodoméstico se tratara. Por supuesto, el nuevo cachorro viene del mismo centro de tortura y para el vendedor, la sustitución, sigue siendo un negocio redondo y muy rentable. Como el comprador ya se ha encariñado con el cachorro no admite el cambio y sólo le queda ajo y agua, denunciar o ponerse en contacto con nosotras. Son muchas las quejas que estamos recibiendo.
En cuanto a los pedigrís habitualmente también son falsos o simplemente el vendedor te da largas cuando preguntas por él, va pasando el tiempo y al final te cansas de insistir.
Como existen muy pocos controles por parte de la administración tenemos en Extremadura, al igual que en el resto de España, las mafias que trafican con cachorros traídos desde Europa del Este.
Países como Eslovaquia, Hungría o Rumanía han creado una industria floreciente de producción en masa de cachorros en las denominadas “fábricas de cachorros” o “granjas de cachorros” donde los animales malviven en condiciones de explotación. Las madres encerradas en jaulas de por vida y enlazando un embarazo tras otro, son fecundadas por miembros de su propia familia, haciendo que se perpetúen enfermedades hereditarias generación tras generación. Y las mascotas vendidas ofrecen escasas garantías para quienes, irresponsablemente, las adquieren en otros países, como es el caso de España.
Los perros son separados de su madre con un mes de vida, muchas veces aún más pequeños. Con esa edad no se pueden vacunar, así que falsifican las cartillas veterinarias poniendo una edad mayor a la real, para poder venderlos aquí en España.
Los cachorros comprados "a tanto el kilo" viajan apilados en camiones, como si de cualquier otra mercancía se tratara, sin recibir ningún cuidado en el trayecto de miles de kilómetros que hacen por carretera hasta llegar a España. Su destino final, si no mueren por el camino, son los escaparates de las tiendas de mascotas, o los almacenes, garajes o trasteros de los que se lucran vendiéndolos a través de internet.
Los animalitos que sobreviven al viaje llegan en pésimas condiciones, la mayoría de ellos contagiados de graves enfermedades y con una falta total de socialización puesto que no han tenido el contacto suficiente con su madre, hermanos ni con el ser humano.
El comprador, suele encontrarse con que muy pronto el cachorro comienza a sufrir diarreas, vómitos, apatía, fiebres, etc… Otros, pasados los meses, desarrollan graves enfermedades como la displasia o la ceguera progresiva, que requieren tratamientos veterinarios de un coste muy elevado. Y muchos tendrán problemas de comportamiento por la falta de socialización temprana.
El dueño preocupado habla con el vendedor que le ofrece sustituir su cachorro por otro como si de un electrodoméstico se tratara. Por supuesto, el nuevo cachorro viene del mismo centro de tortura y para el vendedor, la sustitución, sigue siendo un negocio redondo y muy rentable. Como el comprador ya se ha encariñado con el cachorro no admite el cambio y sólo le queda ajo y agua, denunciar o ponerse en contacto con nosotras. Son muchas las quejas que estamos recibiendo.
En cuanto a los pedigrís habitualmente también son falsos o simplemente el vendedor te da largas cuando preguntas por él, va pasando el tiempo y al final te cansas de insistir.