BADAJOZ: LAS ADOPCIONES EN LA PERRERA CAEN EN PICADO

Por la perrera municipal pasaron 450 canes el año pasado y se adoptaron 22, una cifra que representa el 4,8% de los animales que llegaron hasta estas instalaciones durante 2010 y que fueron retirados por particulares antes de los 20 días que tienen de plazo antes de recibir una inyección letal. El índice, que no alcanza el 5%, es sensiblemente inferior al de años anteriores. Como referencia, y también según datos municipales, en el año 2002 se adoptaba uno de cada perros que llegaban, esto es, el 25%.
En 2003 el porcentaje subió al 32% y entre 2004, 2005 y 2006 los índices de adopciones se dispararon al 53, 62 y 43% respectivamente coincidiendo con la etapa en que la protectora Adana entró a colaborar con el Ayuntamiento en el mantenimiento y gestión de las instalaciones, pero sobre todo en la difusión de las adopciones, consiguiendo que el servicio permaneciera abierto por las tardes y los fines de semana, momento en que ellos aprovechaban también para limpiar. Valga como dato que la perrera municipal de Don Benito consiguió entregar en adopción en 2009 el 40% de los perros que allí ingresaron.
En estos momentos la concejala Cristina Suárez Bárcenas explica que no existe ninguna protectora colaborando con la perrera municipal, «pero existen conversaciones para con una para que lo hagan de nuevo y realicen contactos con asociaciones internacionales para ver si suben las adopciones».
Las otras dos protectoras que ya han pasado por la perrera pacense no quedaron demasiado contentas. Primero estuvo Adana, pero su presidente, Agustín Mansilla, dice que rompieron la relación «porque no era una colaboración sino que querían que hiciéramos el trabajo que ellos debían hacer y no hacían; y eso que desde que estrenaron las nuevas instalaciones (en enero de 2008) y dejaron de recoger perros de toda la provincia para centrarse en el término municipal de Badajoz había menos animales y la perrera podía gestionarse mejor».
No existe difusión
Para Mansilla, el principal problema que hay es que no se fomentan las adopciones, no se difunde dónde está la perrera (se llega a través de un desvío en la carretera de Valverde apenas señalizado) y el horario es muy restringido para ir a ver los perros (de lunes a viernes y sólo por la mañana de 9 a 14 horas), cuando todo el mundo sabe que la gente puede ir los sábados o los domingos.
Además, prosigue, no hay una sola referencia en la página web del Ayuntamiento a estas instalaciones, «cuando internet podría ser una herramienta muy apropiada para mostrar las fotos de los perros, explicar cómo se llega o, los trámites que hay que hacer», considera Mansilla, cuya asociación consigue entregar en adopción sobre sesenta perros cada año gracias a su red de voluntarios.
Después de Adana llegó Acan, otra protectora cuya representante, María Ángeles Gómez, dice que la relación no funcionó como ella esperaba. «Íbamos varios voluntarios a limpiar, dar de comer y a hacer fotos de los perros para conseguirles familias, pero por cada uno nos cobraban 50 euros, que es la tasa que se le cobra a cualquiera cuando además nos encargábamos de vacunarlos y prepararlos».
Hace tres años que Acan dio por finalizada su colaboración «porque la verdad es que el Ayuntamiento pasa olímpicamente de la perrera», resume esta pacense que llevaba algunos animales que estaban a punto de ser sacrificados y que tenían posibilidades de ser adoptados a un terreno privado que fue denunciado y clausurado, de ahí que abandonara esta actividad.
Se roban bastantes perros
Según la concejala titular de este servicio, Cristina Suárez Bárcenas, la cifra actual de 22 adopciones este año es «normal», pero para el representante de Adana es «penosa». De 2011 el Ayuntamiento no dispone de datos actualizados y de los 450 perros (y un gato) que llegaron en 2010 a la perrera 339 fueron sacrificados, 12 perros se habían perdido y fueron recuperados por sus dueños y la diferencia contando las 22 adopciones mencionadas, o sea 77 perros, han sido robados o llegaron moribundos a los cheniles.
Según la edil los robos se suelen producir en época de caza y se debe a que no hay personal por las noches, «pero dentro de poco se pondrán cámaras de seguridad», dice Suárez Bárcenas, quien asegura que cada animal sale microchipado, vacunado y con su cartilla en regla mientras que la persona que se lo lleva es identificada y sus datos quedan guardados, una medida de la que duda Agustín Mansilla refiriéndose al macabro suceso de noviembre de 2009, cuando fue detenida una persona que estaba maltratando en El Nevero a dos cachorros. «Fue posible gracias a que un empleado lo reconoció y se supo que había sacado de allí 20 perros más, pero no había ni un solo dato suyo».
Fuente: Diario Hoy