Las organizaciones conservacionistas AMUS y Naturex junto con las asociaciones protectoras de animales extremeñas ACAN, ADANA, AMIDEA, Chiripaina, El Refugio de Brown, PRADO, Recal, la asociación protectora de animales y plantas de Plasencia y
Todas ellas deciden por primera vez reunirse para afrontar, por un lado un problema de gran calado como es el trafico ilegal de especies salvajes procedentes de exóticos rincones del planeta y que son adquiridas en el “primer mundo”, y por otro el del abandono de animales domésticos, que en su día (muchos de ellos) fueron regalados de forma irresponsable.
No nos queda muy lejos la imagen de esa campaña que azotó muchas conciencias en las que veíamos a un perro en mitad de una carretera con un slogan que decía “Él nunca lo haría”. Desde este mensaje, que llegó a muchos hogares hasta ahora, las cosas no han cambiado todo lo esperado. Del perro como mascota o como regalo se ha pasado a una nutrida lista de especies domésticas y salvajes que han entrado también a formar parte de los candidatos posibles a ser alojados en casas, patios, terrazas y sótanos para después superada la fase de asombro, novedad y cariño desprenderse de él abandonándolo en los lugares más dispares.
Hurones, serpientes, lagartos de todos los tamaños, caimanes, peces, iguanas, ranas, loros, periquitos, cotorras, tortugas, cobayas, conejos, son los componentes de una insignificante muestra de animales objeto de esta practica absurda, cruel y despiadada que incumple los preceptos más básicos de ética y sentido común por parte de adultos.
Cabe recordar que el abandono de los animales constituye infracción administrativa grave según