LA DENUNCIA A LA PERRERA-MATADERO DE OLIVENZA SIGUE SU TORTUOSO CURSO



La denuncia a la Perrera-matadero Provincial de la Diputación de Badajoz en Olivenza sigue su curso con un escalón más: el Juzgado de Olivenza nos ha notificado que desestima el recurso que presentamos en diciembre del 2009. Qué cansancio…

La Juez dice que: “No existe ningún dato en dicha documentación que permita establecer, ni siquiera indiciariamente, una relación de causalidad entre dicho estado y el trato que se dispensa a los animales en el Centro que dirige la denunciada. Así, no se acredita que los perros examinados por los veterinarios procedieran del referido Centro”.

Este párrafo es suficiente para que os hagáis una idea de cómo funciona la justicia en Olivenza y el interés que tienen en erradicar el maltrato animal. La Señora Juez, de entrada, niega una evidencia indiscutible, el microchip de los animales. Para nosotros y, para cualquiera, prueban la procedencia de los perros rescatados por Fepaex. Y, lo que es peor, al considerar que no hay indicios, pretende dar carpetazo al caso, negándonos la posibilidad de presentar testigos, más pruebas y de avanzar en el cierre de la Perrera-matadero de la Diputación de Badajoz en Olivenza.

Menos mal que tenemos una abogada que no se rinde y ha redactado un Recurso de Apelación digno de publicarse y del que esperamos respuesta. Seguiremos peleando por cerrar el infierno de Olivenza hasta que nos salgan telarañas. Lo que nos duele es que mientras tanto, ¿cuántos animales tendrán que sufrirlo?...

Este es el testimonio de Manuel, la persona que adoptó a Lucas y Mel, dos galgos rescatados de Olivenza en diciembre de 2010:

“A finales de Noviembre, vi en la página de una protectora de galgos la foto de Lucas y Mel. Como sabéis, las fotos las sacan cuando entran allí. Los perros estaban con buen aspecto y apenas se intuía una ligera delgadez típica de esta raza. Entre pitos y flautas, entre que cerraba y no cerraba mi finca, solicité los animales sobre el 15 de Diciembre y Mel fue enviada por error a Barcelona por lo que estuvo allí una semana al menos ya que yo la recibí el 22 Dic. Intuyo también que Mel ingresó después de Lucas porque cuando les fotografiaron ambos estaban muy bien de aspecto pero cuando salieron Mel estaba delgada y con tos de perrera, además de un pánico a los humanos atroz pero Lucas se encontraba con un aspecto dantesco, daban ganas de llorar. Apenas se mantenía en pie, pesaba 20 kg (ahora 28) y el veterinario me dijo que era muy muy difícil que se salvara. Lógicamente, después de lo que pasó el animal, a mí me parecía muy injusto sacrificarlo y mi reacción fue decirle al veterinario que había que salvarlo como fuese. Le dije que hiciera todo lo que estuviese en su mano y así fue. Estuvo 4 días agonizando y hasta sangraba por la nariz al toser, la pata super hinchada y no sabíamos por qué ya que la tremenda herida que tenía, estaba oculta por heces secas. El blanco de sus patas era casi marrón y tenía el rabo triturado (quizás por alguna puerta de la perrera o furgón que lo transportó). Es insoportable el sufrimiento que debe haber tras esos muros. No puedo seguir escribiendo, lo siento.”

Sólo una protectora, de todas las que han rescatado perros de Olivenza, nos ha enviado el informe veterinario de cómo estaban los animales cuando los recibieron. No así particulares comprometidos que han rescatado animales de ese infierno y en su conciencia ya no cabe mirar para otro lado y olvidar lo que sus perros han sufrido.

Gracias Manuel por adoptar a Lucas y Mel y gracias por aportar tu testimonio para que, entre todos, cerremos esa Perrera-matadero de Olivenza cuanto antes.