La Federación de Protectoras de Animales de Extremadura (FEPAEX) está luchando para eliminar el sufrimiento innecesario de los animales de nuestra región y conseguir que nos convirtamos en una sociedad europea civilizada.
Es mucho el sufrimiento animal inútil e injustificable que se produce en esta Comunidad: festejos taurinos, circos con animales, sobre-explotación en granjas intensivas, perreras-mataderos, abandonos, maltratos… y por su erradicación estamos luchando.
Lo que Fepaex no puede admitir en el año 2009 es que se patrocinen, subvencionen, fomenten y se instituyan otras formas de maltrato a los animales. Nos referimos a las carreras de galgos, cuyo último canódromo estable en este país, el de Barcelona, ya fue felizmente clausurado.
Fepaex se opone rotundamente a la celebración el 6 de septiembre del “PRIMER CAMPEONATO DE CARRERA DE GALGOS” en la ciudad de Mérida, Patrimonio de la Humanidad.
¿De qué humanidad estamos hablando? ¿De una inhumanidad que se lucra y divierte con el sufrimiento de los animales, o de una humanidad que ignora lo que hay detrás de las carreras de galgos?
Preferimos creer que los emeritenses y los extremeños desconocen la explotación, esclavitud y maltrato a que están sometidos estos galgos.
Desgraciadamente, las Protectoras de Animales, conocemos muy bien el dolor, el sufrimiento y la muerte, el cansancio, el frío y el hambre del galgo-deportista que admiráis, la explotación de su madre criando, el abandono y muerte de sus hermanos descartados y el destino que le espera al, hoy triunfador, cuando su amo encuentre otro más veloz.
Por instinto, por su amo… corren. Pero también por un mendrugo en un cuchitril infecto de chapa, por una caricia que nunca llega, por un reconocimiento a su sacrificio que se paga con un palo, un pozo, una carretera o una soga colgando de un árbol.
¿A quién beneficia esta carrera? A unos pocos que se lucran de ella y del trapicheo con estos pobres animales.
¿A quién perjudica? En primer lugar a los galgos que son los que sufren esta maldita existencia, pero indudablemente Mérida y, en consecuencia, Extremadura daría un paso atrás en su evolución si esta carrera tuviera lugar e instituyéramos estas formas de maltrato.
Rogamos a quien tenga la autoridad para hacerlo, que ejerza su “humanidad” y cancele EL PRIMER CAMPEONATO de carreras de galgos para que nunca exista un segundo. Con ello, daremos un paso adelante en la civilización de nuestra tierra y en el reconocimiento de la dignidad y respeto que merecen nuestros animales. Esto sí que nos haría más humanos.