DESDE APAME NOS LLEGA LA NARRACIÓN DE UNOS HECHOS QUE SE REPITEN CADA DÍA EN NUESTRAS CARRETERAS.

Sábado 23 de Enero de 2010, 21:45 horas.
Acabo de llegar a casa, son casi las diez de la noche de un húmedo sábado, vengo de la autovía, no vengo de viaje, en mi caso, salir a la autovía y no volver de un viaje no es muy buena señal.
Sobre las 17.00 horas de hoy sábado, en el km 638 sentido gijón de la A66 ha habido un accidente, provocado por un perro en la calzada. El desenlace fue fatal, cuantiosos daños materiales y el can agonizante durante horas en la cuneta. Era un Pointer manchado, de apenas 1 año de edad, probablemente cruzado con perdiguero.
Sobre las 19.00 horas, nos ha sonado el teléfono, el centro de mantenimiento de la A66 nos pide ayuda, el perro había quedado mal herido y estaba en un lamentable estado de agonía... NADIE SE HACÍA CARGO DE OFRECERLE UN POCO DE DIGNIDAD.
Contactado el servicio 112 Emergencias de Extremadura, los veterinarios de guardia de la Junta de Extremadura, y los mismos medios de la Diputación Provincial de Badajoz, todos ellos profesionales con capacidades para actuar en esta tragedia, no lo hacen... dejan pasar las horas, entre uno y otros, hasta que al final piden ayuda a los únicos actores de esta película que actuamos por pura voluntad, los voluntarios.
Esta vez, algo ha sido diferente, la empresa concesionaria del mantenimiento de este tramo de la A66 (una UTE formada por Martinsa y JOCA) demuestra altas dosis de sensibilidad y sentido común, tanto la empresa como sus trabajadores, asumiendo los costes de la Eutanasia Humanitaria que le hemos practicado al pobre perro. Veterinarios de la Clínica Emérita de Mérida han atendido, bajo la lluvia y en la misma mediana del km 638, la muerte digna de este animal.
Tanto la Guardia Civil de Tráfico como el propio servicio de mantenimiento de carreteras, aseguran que - por desgracia - sucesos como éste ocurren cada día en nuestras carreteras, y solo en contadas ocasiones se puede contar con la ayuda de profesionales para aportar un poco de dignidad a la triste muerte de estos animales, cuyo único delito, ha sido tener un dueño IRRESPONSABLE que los ha abandonado a su suerte.
Lo que no tiene una explicación lógica es que, bien entrados en el siglo XXI, en que uno puede hablar por video conferencia a tiempo real con su primo, que vive a millones de kilómetros, las entidades públicas no cuenten con soluciones a este tipo de problemas, tan desgraciadamente cotidianos, y seamos, un puñado de voluntarios armados de valor pero sin a penas medios, o cuatro ciudadanos sensibles, que entienden que el sufrimiento animal es cosa de otra época, los que luchemos contra viento y marea por evitar este tipo de utópicas situaciones.
Desde aquí reclamo, querido Guillermo y querida Lola, que el servicio 112 cuente con soluciones reales y operativas a estos problemas, para que, una vez atendidas las víctimas de un sinientro nunca más se deje a un animal herido en una cuneta. Lo necesitamos ya, nunca seremos la sociedad moderna y avanzada que creemos ser, si dejamos animales agonizantes a nuestro paso sin prestarle la más humanitaria de las atenciones.
Hugo Alonso. Presidente de APAME.