2-abril-2008 (Alcuéscar)
He tenido el lujo de albergar en mi hogar a los perros que están haciendo el Camino de Santiago con sus acompañantes y el resto del equipo.
A media mañana llegó la avanzadilla: Johanna (la jefa), Fabián y Johannes (el equipo de filmación), el gran cocinero internacionalmente conocido Dietmar y Silvia (peregrina lesionada) sin su perro ARTIS que continuaba haciendo El Camino con otra mano al final de su correa, la de Pat que todo lo que tiene de grande lo tiene de dulce y buena. En un plis-plas organizamos todo para recibir a los peregrinos, se nota que ya llevan Camino en el cuerpo y están acostumbrados a montar y desmontar el chiringuito.
Sobre el mediodía el primero en llegar, como siempre, fue UNO con Stud. Todos con el cansancio en el cuerpo, la sonrisa en los labios y reacios a soltar los perros por si se escapaban. Una vez aclarado que había una buena valla y que este día era de vacaciones, para que todos, perros y humanos estuviésemos sueltos y relajados, las correas desaparecieron junto con las botas y los calcetines y pasamos un espléndido día. Amigos de las Protectoras de Plasencia, Don Benito, Guareña, Miajadas y Badajoz que se unieron también disfrutaron.
El grupo es ecléctico y pintoresco. Hay perros de la protectora y perros con su dueño-amigo y hay humanos de varios países con su idiosincrasia particular. Yo creo que a ningún español se le hubiera ocurrido como a David, el gentleman inglés, pedir un café americano bien caliente al final de una caminata a las 2 de la tarde con un sol de justicia. Gerhard venía rojo, con su constipado y con fiebre así que a descansar. Los pies de Erika daban pena, llenos de tiritas sobre las ampollas, pero ella descalza y feliz preocupándose por mi burra (gracias Erika). Mike quería saber si podía dormir con CABRA, “of course” Mike, al igual que Silvia con ARTIS, por supuesto que puedes aprovechar la noche para estar con tu peludo Silvia, espero que llegue el día en que compartir la habitación con tu perro-amigo sea normal y no haya que pedir permiso, vosotros con “El Camino” estáis aportando vuestro grano o montón de arena para que así sea. Andrea, la vikinga, que duerme a la intemperie con sus tres perros traídos desde Noruega, es dura físicamente como un roble pero nunca abandona la sonrisa. Kieran y Marian, los australianos, JacKie con su RAMBO (lo ha adoptado) y Karen, de USA, llevan en el Camino desde el principio y se les ve felices, adaptados y con energía para llegar al polo norte. Y qué decir de Emel que viene de Turquía, sonrisa permanente, calidez, carcajada, energía de la madre tierra, mediterránea, cercana. María, una locomotora, y los dos gemelos que se han acercado desde Estepona para echar todas las manos que puedan. Termino el resumen de humanos con el trío catalán: Pat, Annie y Elena que también traían los pies al pil-pil y que no se quejaron en ningún momento.
En cuanto a los perros disfrutaron de lo lindo, corrieron, jugaron, estuvieron mezclados con los humanos e hicieron vida de familia. Podían haber disfrutado más porque les había preparado un banquete de arroz con otras exquisiteces pero no pudo ser. Andrea-la vikinga, con la eficiencia que la caracteriza, no creyó oportuno cambiarles la alimentación, aún quedan muchos días de Camino y no podemos arriesgarnos a diarreas y otros problemas, lo entendí perfectamente así que mis perros se están poniendo “guapos “con el banquete de los colegas de “El Camino”. No os preocupéis amigos caninos de Estepona que a la vuelta me han autorizado a homenajearos como os merecéis.
El día transcurrió sin incidentes salvo que Stud tuvo que dejar El Camino por una emergencia privada. Se nos partió el corazón cuando UNO vio como Stud se iba sin él. UNO y Stud empezaron juntos El Camino, ya habían establecido el vínculo entre perro y humano… Quién sabe si El Camino no hará otro milagro y UNO pueda ser adoptado por Stud cuando acabe el peregrinaje. ..
Algunos nos acostamos tarde… pero a la mañana siguiente todos, los perros y humanos, como un reloj a las 7:30 en pie. Los humanos a recoger los bártulos y a desayunar a las 8. Los perros a correr, jugar y el gemelo de María a controlar a mi mastina para que no nos dejara sin desayuno.
Sobre las 9 os fuisteis para continuar El Camino y así hasta Santiago de Compostela.
Como no pude despedirme de todos quiero que sepáis que ha sido un privilegio para mí, recibiros, conoceros y compartir este día inolvidable. Os quiero dar las GRACIAS a todos por participar en El Camino y en esta labor de concienciación sobre el respeto que merecen los animales, labor importantísima y necesaria en este país y en esta Extremadura nuestra. Y GRACIAS también por transmitir esas buenas vibraciones donde vais, sois amables, sensibles, respetuosos, alegres, cordiales y fabulosos.
Os deseo lo mejor en los kilómetros que os faltan. Ojalá al final, cuando lleguéis a Santiago estén todos los amigos caninos de la protectora de Estepona adoptados. Ya ha sido un milagro que El Camino se haga. ¿Por qué no puede haber más? Todo es posible.
Besos a todos y GRACIAS de nuevo en nombre de nuestros animales extremeños. Ánimo y feliz peregrinaje. C.
Espero que os adopten y no tengáis que volver, después de El Camino al refugio.