Las peleas clandestinas de gallos son una muestra más de la España negra. La llegada del verano pone en alerta a las Fuerzas de Seguridad ante laproliferación de estas timbas ilegales que mueven cantidades millonarias de dinero en apuestas fuera de la ley. Combates en los que sólo sobrevive el ganador, esto es, el animal más fuerte, hábil y astuto. Su contrincante, en cambio, es sacrificado. "Todo el mundo sabe que se celebran aquí en la costa, pero no se hace nada para evitarlo", denuncia la Sociedad Protectora de Animales Adana ante la ultima redada de la ‘Operación Cresta’ en Andalucía.
La Costa del Sol es uno de los puntos neurálgicos de estas peleas clandestinas. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil(Seprona) lleva luchando contra estas prácticas ilegales desde hace años: “Sólo con recorrer algunos barrios de la capital podemos comprobar cómo campan a sus anchas por las aceras”. Incluso accediendo a las imágenes que ofrece el buscador Google en Internet, se pueden apreciar algunos edificios con criaderos en las azoteas. Esta situación ya se denunció hace tiempo, entre otras cosas por el riesgo para la salud de la gente que habita al lado de las galleras, pero parece que no se ha hecho nada al respecto.
Prueba de que no ha habido una actuación contundente por parte de las autoridades competentes en esta materia es la redada que ha tenido lugar en Málaga esta semana, en la que se intervinieron 160 gallos de peleaen las azoteas de seis bloques en La Palmilla, una de las zonas más deprimidas de la ciudad costasoleña. Más de medio centenar de agentes participaron en la 'Operación Cresta', que se hace periódicamente cuando los vecinos denuncian en comisaría la falta de higiene y los escándalos en la zona. Según fuentes policiales, más de 22.000 kilos de desperdicios se limpiaron de las terrazas donde se encontraban los criaderos clandestinos.
En las azoteas se apilaban los criaderos ilegales de gallos con un centenar de jaulas. Los animales que se encontraron presentaban unas condiciones infrahumanas: ojos desprendidos, crestas cortadas y heridas por todo el cuerpo sufridas durante la última celebración de las peleas. Los criadores de gallos, en este caso de etnia gitana, a menudo van armados y se mueven en un entorno de actividades ilícitas, con especial predilección por el tráfico de droga.
Convocatoria por Internet
Internet se ha convertido en la herramienta de uso para este tipo de convocatorias ilegales. Según denuncia el Seprona, en portales comowww.hhdirecto.net pueden encontrase preguntas como: “¿Alguien sabe cuándo hay una pelea de gallos en Málaga?”. Y respuestas como: “Son en agosto. Cada vez en un sitio, respetando la cultura urbana que ya tiene fecha fija”. Todo mediante contraseñas, los corredores de apuestas convocan a los adictos a este tipo de peleas.
Hace unos meses, un grupo de adolescentes que organizaban peleas de gallos, las grababan en vídeo y las subían a Internet, fueron detenidos. Todo por grabar dos vídeos en los que se pueden ver varias peleas en las que los animales terminan visiblemente dañados. “La Red es un autentico peligro porque es muy fácil cobrar dinero a través de estos sangrientos espectáculos y esto también se paga”, denuncian las asociaciones de animales.
Ley de protección
La Ley de protección de animales es bastante ambigua en lo referente a peleas de gallos. De hecho, cada Comunidad Autónoma tiene su propia legislación; en Canarias, por ejemplo, son legales. En Andalucía, y según el artículo 4 de la Ley 11/2003, “las peleas de gallos están prohibidas, salvo en casos de selección de cría para la mejora de la raza y su exportación. Debe realizarse en criaderos y locales debidamente autorizados con la sola asistencia de los socios”.
El Seprona de la Guardia Civil precisa a este periódico que “en la zona de Andalucía esta muy extendida esta práctica”. Una de las últimas peleas clandestinas en la que se sorprendió a los participantes apostando más de 12.000 euros fue en la barriada malagueña de Mangas Verdes. Allí se concentraba un centenar de personas, que fueron denunciadas, y donde se incautaron cerca de 40 de estas aves. Un vecino de la zona había construido de forma ilegal, al lado de su vivienda, una gallera para la peleas, con un graderío para unas 200 personas. El combate de aves mueve un negocio muy lucrativo. Cada animal puede alcanzar hasta 2.000 euros, según su valía para la competición, en un mercado completamente clandestino.
Multas e incluso penas de cárcel
Esta vez los gallos incautados en la Palmilla están de suerte y han sido trasladados a centros de protección de la naturaleza, quedando a disposición de la Junta de Andalucía. La Ley de Protección de Animales de la comunidad autónoma andaluza prohíbe mantener a estas aves en lugares o instalaciones indebidas desde el punto de vista higiénico-sanitario, así como en recintos donde no puedan estar controlados y vigilados.
El delito por maltrato animal puede suponer una multa de entre 2.000 y 30.000 euros e incluso penas de hasta tres años de cárcel. Gecen (Grupo para el Estudio y Conservación de Espacios Naturales) ha reconocido que, “día sí, día también”, recibe indicios de que varios lugares de la provincia acogen peleas de gallos para hacer negocio. No obstante, no siempre las investigaciones de las protectoras llegan a buen puerto, dado que deben constatar los hechos antes de denunciar, y muchas veces las sospechas no pueden contrastarse por la discreción de los organizadores. De todos depende ahora amanecer con un nuevo “quiquiriquí” antes de que se extinga la especie.
El Confidencial, 19 de agosto de 2010.
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