Prueba de ello la noticia que nos ocupa en esta entrada: La creación de una perrera provincial en Cáceres, subvencionada por la Diputación Provincial que se lleva 400.000 euros de fondos públicos para su creación, justificando la misma en un problema de sanidad pública. Esto es inaceptable en el siglo XXI, considerar el abandono y maltrato de los animales, no como crueldad y vergüenza social sino como un problema de salubridad.
Lo peor de todo es que, de nuevo, repite la inepta gestión de la Diputación de Badajoz, en el tema del maltrato y abandono animal, que en los últimos años lleva invertidos en su Perrera Provincial situada en Olivenza y gestionada por una empresa privada que recoge y sacrifica perros (abandonados pero también entregados por su propietarios como si fuera un servicio de recogida de basuras) millones de euros. En los últimos 4 años éstas son la cifras: año 2010-362.300 euros; año 2011-326.700 euros; año 2012-361.463 euros; año 2013-228.200 euros; año 2014-768.300 euros. (se encuentran en sus presupuestos publicados en su web)
Se ve que invertir en sensibilización, tenencia responsable, esterilización, control de identificación de animales, campañas de adopción de los animales en perreras y refugios, denuncia del abandono, persecución de la trata de animales....en fin, en políticas de concienciación para cambiar la realidad del abandono en nuestra región, no les parece rentable, lo es mucho más gastar, hasta el fin de los tiempos, millones de euros de los ciudadanos cada año, en recoger y matar animales.
Vemos claro que el cambio social se asienta en los ciudadanos, que son las protectoras quienes luchan por cambiar la realidad de nuestra región con respecto a los animales y su tenencia y que nuestros representantes parecen disfrutar y regodearse en su nefasta gestión que consiste en perpetuar esta situación e ir parcheando (matando) cada año con billetes de 500 euros en vez de solucionar el problema atendiendo a las indicaciones de los proteccionistas.
Nos parece, como animalistas, lamentable, que ante el abandono de animales, la solución política sea el sacrificio de miles de ellos y como extremeños, vergonzoso y de una ineptitud supina.
Propuestas animalistas contra el abandono y la gestión racional del mismo dirigidas a su reducción:
-Campañas de calle sobre: tenencia responsable, contra el tráfico de animales y la cría ilegal, pro-esterilización, pro-adopción....
-Lucha y denuncia de la cría ilegal por parte de las policías locales.
-Control de los ayuntamientos de la tenencia responsable: censos actualizados, control del microchipado de los animales, cumplimiento de las normativas municipales...
-Acondicionamiento de centros de recogida de animales abandonados, extraviados, o perdidos, en los municipios y policías conocedoras de la legislación y dotadas de lectores de chip y acceso a bases de propietarios (Riace)
- Difusión de las normas municipales de tenencia y la Ley de Protección Animal extremeña.
-Apoyo a la creación y funcionamiento de protectoras locales que colaboren con la labor municipal de sensibilización y respeto a los animales.
-Denuncia y sanción del abandono o cualquier otro maltrato a los animales.
La implicación de los ayuntamientos extremeños en el cumplimiento de la ley de protección animal, que los señala como responsables directos de los animales abandonados en su localidad, es la base del cambio. Ayuntamiento sensibles, implicados, con deseos de cambiar las cosas de verdad para beneficio de todos, los amantes de los animales y los que no lo son.
Delegar en las Diputaciones, alejadas del problema, que se han mostrado incompetentes en la resolución del mismo, es la salida fácil para los políticos negligentes e incapaces.
Como extremeños exigimos dignidad, respeto, soluciones a largo plazo y útiles para nuestros animales y para las personas que sufrimos por su maltrato.
Basta ya de mirar para otro lado, gastar dinero público cada año a manos llenas, dinero que no tenemos, meter el problema bajo la alfombra y que tire el que venga después. BASTA YA DE MALTRATO ANIMAL, que las administraciones asuman, de una vez, sus obligaciones.